Sin embargo
no siempre ves el ojo de la tormenta
y tarde o temprano
la oscuridad gana la partida.
Entonces solo queda
un jinete que se aleja,
el viento que sopla,
un lobo que aúlla.
En la distancia
un tigre ronronea sus últimos maullidos,
y el gusano taladra su camino hacia la luz.