Dicho sea sin ningún ánimo insultante, sino de simple sorpresa ante el extraño seseo selectivo que pude escuchar estos dìas durante la HispaCon.
Una HispaCon que ha sido, como ya se sabía, de mínimos. También ha sido estupenda. Y no tanto porque los actos fueran interesantes, estuvieran bien organizados y llevados, tuvieran lugar a su hora y, en general, el programa se cumpliera como debía y resultase atractivo para los aficionados (que también, por supuesto, que en ese aspecto ha sido modélica) sino por el excelente ambiente que se ha vivido en Dos Hermanas estos días. Una sensación continua de buen rollo como hacía tiempo que no experimentaba en una HispaCon.
Y no tengo mucho más qué decir. Salvo aprovechar para felicitar (aunque ya lo hice allí mismo, tras la cena) a Eduardo Vaquerizo por su Ignotus de novela.
© 2006, Rodolfo Martínez